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martes, 13 de enero de 2009

Presidente Bush rinde homenaje de la Medalla Presidencial de la Libertad a Destinatarios

Declaraciones del Presidente George W Bush
Salón Este


1:07 P.M. EST

EL PRESIDENTE: Buenas tardes a todos y gracias por venir. Hemos congregado a un distinguido grupo para rendirle homenaje a tres buenos amigos: el Presidente Uribe, el Primer Ministro Howard y el Primer Ministro Blair. Laura y yo les damos la bienvenida a la Casa Blanca.

Siempre serán bienvenidos en este país. Y esperamos que vengan a visitarnos a Texas. Como probablemente hayan oído, estaremos cambiando de dirección… (risas)… en poco menos de siete días.

Estamos encantados de contar con muchos distinguidos invitados, personas que han trabajado con ustedes durante su periodo. A los miembros de sus familias que están presentes: realmente es un gusto que hayan venido.

También quiero darles las gracias al vicepresidente, miembros del gabinete y miembros del Congreso que nos acompañan. Ofrecemos una bienvenida especial a quienes son amigos personales de los homenajeados. Sé que están tan encantados como yo de que ustedes hayan venido.

En unos momentos, el edecán militar leerá las menciones de condecoración de quienes serán galardonados con la Medalla Presidencial de la Libertad. Esta medalla es el más alto galardón civil en Estados Unidos. Se otorga para reconocer logros ejemplares y transmitir el inestimable aprecio del pueblo y el Presidente de Estados Unidos.

En estos ocho años, he otorgado la Medalla de la Libertad a algunos de nuestros más eminentes ciudadanos. En ocasiones, también he tenido el honor de otorgarla a ciudadanos de otros países, que inspiraron particular admiración en Estados Unidos y aportaron liderazgo valiente a nuestro mundo. Entre los galardonados han estado Vaclav Havel, Ellen Johnson Sirleaf, Nelson Mandela, y el desaparecido Papa Juan Pablo II.

Esta tarde, me complace otorgar la Medalla de la Libertad a tres líderes extraordinarios. Rendimos homenaje a un Presidente actual y dos ex Primer Ministros, todos ellos verdaderos amigos de Estados Unidos, que afrontaron desafíos históricos con gran tenacidad y que son un ejemplo perdurable como estadistas dentro y fuera del país.

El primer día que conocí a Tony Blair, hace casi exactamente ocho años, se encontraba en su segundo periodo como Primer Ministro, y yo apenas comenzaba. Después de nuestra primera reunión, un reportero preguntó si habíamos encontrado algo en común, y yo respondí en broma que ambos usábamos la pasta dental Colgate. (Risas.)

Lo cierto es que sí sentí una fuerte conexión con Tony Blair. Como dije tras la primera reunión, supe que "cuando cualquiera de nosotros tuviera un problema, habría un amigo al otro extremo de la línea". Mi amigo estuvo allí, efectivamente, después de que Estados Unidos fue atacado el 11 de septiembre del 2001. Y no sólo se limitó a apoyo telefónico. Cuando me paré ante la Cámara de Representantes para pedirle al mundo civilizado que se uniera a la causa de la libertad, allí en la tribuna estaba el fiel amigo, el Primer Ministro Tony Blair.

Estaba allí en un momento de tribulaciones para reafirmar la relación especial entre Estados Unidos y el Reino Unido. Y estaba allí para mostrarle a Estados Unidos y a todos los países que comprendía lo que estaba en juego en la guerra contra el terrorismo. Y dijo, "así como el terrorista pretende dividir a la humanidad mediante el odio, nosotros debemos unificarla en torno a una idea. Y esa idea es la libertad". Con el liderazgo de Tony Blair, el poderío y autoridad moral de Gran Bretaña fueron aplicados a la guerra contra el terrorismo desde el primer día. Nuestros países trabajaron juntos y con orgullo para destruir refugios terroristas, liberar a millones y ayudar a democracias emergentes a satisfacer las aspiraciones de sus pueblos.

Toda la carrera de Tony Blair la define su devoción por los valores democráticos y la dignidad humana. Desde el fondo de su corazón, este hombre cree que todos deben ser libres: libres de la opresión, libres del hambre, libres de las enfermedades y libres del temor y la desesperanza. En la Cámara de los Comunes, como el Primer Ministro del Partido Laborista con el mayor periodo de servicio de la historia, luchó para mejorar las comunidades de su país y mejorar la vida de todos sus ciudadanos. Ayudó a convertir generaciones de violencia en Irlanda del Norte en años de paz. Llamó la atención y generó conciencia en el mundo sobre el sufrimiento en África, y continúa dedicado a la causa de la paz y la democracia como el enviado del Cuarteto al Oriente Medio.

Tras dejar su cargo continúa en la luz pública, y Tony Blair sigue en el estrado mundial como un hombre sumamente inteligente y perspicaz, y por encima de todo, un hombre de fe e idealismo e integridad. El ex Primer Ministro del Reino Unido destacará en la historia. Y hoy, Estados Unidos de Norteamérica le rinde homenaje orgullosamente a su noble amigo, Tony Blair. (Aplausos.)

John Howard de Australia lleva muchos años en la política. Ha salido triunfante muchas veces y ha perdido otras pocas. Incluso hubo un momento, hace dos décadas, en que pensó que sus días de liderazgo político habían concluido. Un resurgimiento, dijo, sería como "Lázaro con un bypass triple". (Risas.) El hombre tiene una manera insólita de hablar. (Risas.)

Con su estilo franco y campechano, el retorno de John Howard se hizo realidad. Por votación electoral, ascendió al más alto cargo de su país, ganó cuatro elecciones consecutivas, y su mandato fue el más largo de todos los Primeros Ministros australianos, excepto uno. Y durante todo ese tiempo, John Howard mantuvo su estrecha relación con la gente de su país. Su periodo se caracterizó por gran confianza y prosperidad nacional, y creciente influencia mundial. Se hizo merecedor del respeto de líderes alrededor del mundo por su compromiso con el libre mercado, la cooperación y la resolución pacífica de discrepancias. Es un custodio fiel de las alianzas de Australia y un amigo firme en momentos de necesidad.

En un evento aquí en Washington, reflexionó sobre las muchas pruebas que nuestros dos países enfrentaron juntos en el siglo XX. Habló apasionadamente sobre los valores que compartimos, como también de nuestra obligación de defenderlos, y "si es necesario, luchar por ellos y estar listos a repeler a quienes procuran privarnos de [nuestras] libertades".

Resulta que John Howard pronunció esas palabras el lunes, 10 de septiembre de 2001, y con sus acciones posteriores, probó ser fiel a sus convicciones. Siempre ha sido valiente en la defensa de la libertad. En estos siete años, nuestros dos países han perdido civiles inocentes y sufrido bajas en los campos de batalla. Pero este hombre, que vio el Pentágono arder el 11 de septiembre y que confrontó… consoló a los sobrevivientes de Bali, nunca vaciló en su compromiso de acabar con este gran peligro para la civilización. Nunca vaciló en su apoyo a la libertad y las instituciones libres y el imperio de la ley como alternativas verdaderas y promisorias a las ideologías de la violencia y la represión. Es un hombre de honradez y claridad moral. Puede tomar una decisión, puede defenderla y se mantiene firme. Es por eso que lo llamé el Hombre de Acero.

En el temple de John Winston Howard vemos ese excelente espíritu australiano de "apoyar a tus amigos". Nuestros dos países, aunque en lados opuestos del globo, han disfrutado de un compañerismo fácil y natural. Y como el vigésimoquinto Primer Ministro del Commonwealth de Australia, representa todo lo que los estadounidenses más aprecian y admiran de su maravilloso país.

Entonces, señor Primer Ministro, nuestro amigo, bienvenido a la Casa Blanca y felicitaciones. (Aplausos.)

Los líderes nacionales a veces asumen el cargo sin pleno conocimiento de las pruebas que deberán enfrentar. Pero cuando Álvaro Uribe pasó a ser el Presidente de Colombia, los desafíos estaban a la vista. Sabía exactamente en lo que se metía.

Durante más de una generación, la gente buena y decente en todo ese país había vivido a la merced de los brutales carteles de drogas y grupos armados ilegales. La propagación de la violencia terrorista y matanzas y secuestros había debilitado el sistema político y había llevado a muchos colombianos a desesperar por el futuro de su país. A comienzos de esta década, la República de Colombia estaba a punto de ser, en el mejor de los casos, un estado fallido, o en el peor de los casos, un narco-estado. Bajo esas condiciones, se necesitaba más que ambición e ideales para postularse a un cargo político; se necesitaba inmensa valentía personal y fortaleza de carácter.

Como candidato presidencial en el 2002, Álvaro Uribe le prometió a su pueblo mayor seguridad, una democracia más saludable y una mejor oportunidad de vivir con prosperidad. Fue elegido con un tema que expresó perfectamente lo que el pueblo colombiano deseaba en su presidente: "Mano firme y corazón grande".

El liderazgo del Presidente Uribe ha sido decidido y firme. Hoy en día, en Colombia, los homicidios han disminuido 40 por ciento, los secuestros han disminuido más de 80 por ciento, los atentados terroristas han disminuido más de 75 por ciento. Las fuerzas de la violencia están a la defensiva, y el pueblo está recuperando su país.

Los conciudadanos del Presidente Uribe lo conocen como alguien que habla directamente y cumple sus promesas. Gracias al interés que ha tenido en la vida política durante toda su vida, tiene un entendimiento fenomenal de los detalles de gobernar. Al mismo tiempo, ha forjado lazos sólidos con su pueblo. Se reunieron con su Presidente en recintos municipales en todo el país. Lo han visto producir resultados. Les agrada y confían en él, y lo han hecho el primer líder colombiano en tiempos modernos que gana la reelección.

Recientemente, se me ha pedido que reflexione sobre los sucesos más memorables de mi presidencia. Entre ellos se encuentra una llamada telefónica que recibí hace varios meses del Presidente Uribe. Llamó para decir que un grupo de rehenes que incluía a tres estadounidenses y que había estado cautivo durante cinco años había sido rescatado, y que estaban vivos y sanos y salvos. Fue un momento lleno de gozo, señor Presidente. Y fue gracias a su liderazgo.

Para el Presidente Uribe, las muchas exigencias del cargo continúan. Hoy, Estados Unidos rinde homenaje a todos los colombianos al condecorar al hombre que han escogido como líder. Al rehusarse a permitir que el país que ama sea destruido por un enemigo interno, al probar que es posible oponerse y derrotar al terrorismo, el Presidente Uribe ha despertado la esperanza entre sus conciudadanos y, al mundo que observa, le ha mostrado un modelo de liderazgo. Colombia sigue enfrentando desafíos como nación. Pero el futuro siempre será prometedor en un país que produce hombres como el Presidente Álvaro Uribe.

Felicitaciones, mi amigo. (Aplausos.)

Cada uno de estos caballeros a los que rendimos homenaje hoy tiene su propio estilo y personalidad, y cada uno ha acumulado distinciones y logros que les pertenecen sólo a ellos. Sin embargo, los tres han mostrado que se ciñen firmemente a los principios de la libertad y valores democráticos, y que tienen la voluntad para enfrentar los problemas directamente en vez de pasárselos a otros. Son el tipo de persona que te mira a los ojos y te dice la verdad y cumple con su palabra. Durante sus largos periodos de servicio, probaron que son líderes de gran integridad y fortaleza. Son amigos solícitos de Estados Unidos de Norteamérica. La oportunidad de conocerlos y trabajar con ellos ha sido una de las más grandes satisfacciones de mi periodo como Presidente. Los respeto y los admiro.

Y ahora le pido al edecán militar que lea las menciones de condecoración de los galardonados, y será un honor para mí otorgarle la Medalla Presidencial de la Libertad a Tony Blair, John Howard, Álvaro Uribe.

EDECÁN MILITAR: Tony Blair. Tony Blair ha sido una fuerza enérgica a favor de la libertad y el mayor entendimiento entre las naciones. Como Primer Ministro del Reino Unido, su participación fue decisiva para ayudar a millones de personas a lograr la libertad en Afganistán, Iraq, Kosovo y Sierra Leona; forjar una nueva era de paz en Irlanda del Norte, prestar ayuda humanitaria alrededor del mundo, especialmente en África, y reforzar la relación entre nuestros dos países. Durante toda su carrera y en su función como representante del Cuarteto ante el Oriente Medio, ha trabajado para proporcionarles a las personas oportunidades para una vida mejor.

Estados Unidos le rinde homenaje a Tony Blair por dedicar su vida a forjar un mundo más justo y pacífico. (Aplausos.)

(Se otorgó la medalla.) (Aplausos.)

EDECÁN MILITAR: John Winston Howard. Durante una carrera de servicio público que abarca varias décadas, John Howard ha sido un inquebrantable defensor de la democracia y la libertad. Como Primer Ministro de Australia, ayudó a brindarle prosperidad sin paralelo a los pobladores de su país por medio de la firme observancia de los principios del libre mercado.

Las relaciones entre los dos países nunca fueron más estrechas que bajo su liderazgo y después de los ataques del 11 de septiembre del 2001. Trabajó resueltamente para combatir el flagelo del terrorismo, llevar libertad a millones de personas y promover la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho.

Estados Unidos le rinde homenaje a John Winston Howard por sus esfuerzos de toda una vida para propagar la esperanza y libertad en todo el mundo. (Aplausos.)

(Se otorgó la medalla.) (Aplausos.)

EDECÁN MILITAR: Álvaro Uribe Vélez. Como Presidente de Colombia, Álvaro Uribe defendió el imperio de la ley en un país que padeció décadas de violencia a manos de grupos armados ilegales. Ha demostrado un firme compromiso con la prosperidad del pueblo colombiano, y su política audaz ha propagado los valores democráticos y sentado las bases para una paz perdurable en toda Colombia.

Ha sido un valiente aliado de Estados Unidos. Y bajo su liderazgo, Colombia se ha convertido en un modelo para los países que buscan la reconciliación y el establecimiento de una sociedad basada en el respeto por la dignidad humana.

Estados Unidos le rinde homenaje a Álvaro Uribe Vélez por su dedicación a la libertad, la democracia y el estado de derecho. (Aplausos.)

(Se otorgó la medalla.) (Aplausos.)

EL PRESIDENTE: En honor a estos distinguidos caballeros, Laura y yo los invitamos a pasar a una recepción en el Comedor de Estado. Por favor, disfrútenla y gracias por acompañarnos aquí en la Casa Blanca. (Aplausos.)

END 1:26 P.M. EST




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President Bush Honors Presidential Medal of Freedom Recipients

President Bush Honors Presidential Medal of Freedom Recipients
East Room

1:07 P.M. EST

THE PRESIDENT: Good afternoon to everybody, and thank you all for coming. We have assembled quite a distinguished crowd to honor three good friends -- President Uribe, Prime Minister Howard, and Prime Minister Blair. Laura and I welcome you to the White House.

You'll always be welcome in this country. And we hope to have you come down and visit us in Texas. As you probably have heard, we're changing addresses here -- (laughter) -- in a little less than seven days.

We're delighted to have a lot of distinguished guests, people who have worked with you throughout your time in office. Members of your family who are here, we're really glad you've come.

I want to thank the Vice President, members of the Cabinet, and members of the Congress who have joined us, as well. We offer a special welcome to those who are personal friends of the honorees. I know they're as delighted to have you here as I am.

In a few moments the military aide will read the citations for the Presidential Medal of Freedom. The medal is America's highest civil award. It is given in recognition of exemplary achievement, and to convey the utmost esteem of the people and the President of the United States.

In these eight years I have presented the Medal of Freedom to some of our most eminent citizens. On occasion, I've also had the honor of presenting it to citizens of other lands, who inspired particular admiration in the United States and provided courageous leadership to our world. Among these recipients have been Vaclav Havel, Ellen Johnson Sirleaf, Nelson Mandela, and the late Pope John Paul II.

This afternoon I'm pleased to award the Medal of Freedom to three extraordinary leaders. We honor a sitting President and two former Prime Ministers -- each one of them a true friend of the United States who met historic challenges with great tenacity, and who provides a lasting example of statesmanship at home and abroad.

The first day I met Tony Blair, almost exactly eight years ago, he was in his second term as Prime Minister and I was just starting out. After our first meeting, a reporter asked if we'd found anything in common, and I jokingly replied that we both used Colgate toothpaste. (Laughter.)

The truth is I did feel a close connection to Tony Blair. As I said after the first meeting, I knew that "when either of us gets in a bind, there will be a friend on the other end of the phone." My friend was there, indeed, after America was attacked on September the 11th, 2001. And it just wasn't on the phone line. When I stood in the House Chamber to ask the civilized world to rally to freedom's cause, there in the gallery was the staunch friend, Prime Minister Tony Blair.

He was there in a moment of trial to affirm the special relationship between the United States and the United Kingdom. And he was there to show America, and all nations, that he understood the stakes in the war on terror. As he said, "just as the terrorist seeks to divide humanity in hate, so we have to unify it around an idea. And that idea is liberty." Under Tony Blair's leadership, the might and the moral authority of Great Britain have been applied to the war on terror from the first day. Our nations have worked proudly together to destroy terrorist havens, liberate millions, and help rising democracies to serve the aspirations of their people.

Tony Blair's entire career is defined by his devotion to democratic values and human dignity. At his very center, this man believes in freedom -- freedom from oppression, freedom from hunger, freedom from disease, and freedom from fear and despair. In the House of Commons, as the longest-serving Labour Prime Minister in history, he fought to lift up his nation's communities and better the lives of all its people. He helped turn generations of violence in Northern Ireland into years of peace. He drew the attention and conscience of the world to the suffering in Africa, and he continues to serve the cause of peace and democracy as the Quartet Envoy to the Middle East.

Out of office but still in public life, Tony Blair remains on the world stage as a man of high intelligence and insight -- and above all, as a man of faith and idealism and integrity. The former Prime Minister of the United Kingdom will stand tall in history. And today the United States of America proudly honors its gallant friend, Tony Blair. (Applause.)

John Howard of Australia has spent a lot of years in politics. He's won some, and he's lost a few. There was even a time, two decades ago, when he thought his days of political leadership might be over. A comeback, he said, would be like "Lazarus with a triple bypass." (Laughter.) The man has got an unusual way of speaking. (Laughter.)

With his plainspoken style and unpretentious manner, John Howard did make a comeback. He rose to his nation's highest elected office, won four straight elections, and served longer than all other Australian prime ministers but one. And all the while, John Howard retained his close connection with the people of his country. His time in office was marked by great national confidence and prosperity and rising global influence. He won the respect of leaders around the world for his commitment to free markets, cooperation, and the peaceful resolution of differences. He was a faithful steward of Australia's alliances, and a sturdy friend in a time of need.

At an event here in Washington, he reflected on the many tests that our two countries faced together in the 20th century. He spoke with feeling about our shared values -- as well as our obligation to defend them, and "if necessary fight for them, and be ready to repel those who would seek to take [our] freedoms away."

As it happens, John Howard spoke those words on Monday, September the 10th, 2001 -- and in all that followed, he proved true to his convictions. He always has been brave in the defense of freedom. In these seven years, both our countries have lost innocent civilians and suffered casualties on the field of battle. But this man, who saw the burning Pentagon on September the 11th, and who confronted -- comforted the survivors of Bali, never wavered in his commitment to overcoming this great danger to civilization. He never wavered in his support for liberty, and free institutions, and the rule of law as the true and hopeful alternatives to ideologies of violence and repression. He's a man of honesty and moral clarity. He can make a decision, he can defend it, and he stands his ground. That's why I called him a Man of Steel.

In the character of John Winston Howard we see that fine Australian spirit of "standing by your mates." Our two countries, though half a world apart, have long enjoyed an easy and natural fellowship. And the 25th Prime Minister of the Commonwealth of Australia stands for all that Americans like and admire most about his wonderful country.

So, Mr. Prime Minister, our friend, welcome to the White House, and congratulations. (Applause.)

National leaders sometimes take office without fully knowing all the tests that await them. But when Alvaro Uribe became the President of Colombia, the challenges were in full view. He knew exactly what he was getting into.

For more than a generation, good and decent people across that country had lived at the mercy of brutal drug cartels and illegal armed groups. A contagion of terrorist violence and killings and kidnappings had shaken the political system and caused many Colombians to despair for their nation's future. Early in this decade, the Republic of Colombia was near the point of being, at best, a failed state -- or, at worst, a narco-state. In those conditions, it took more than ambition and ideals to run for political office -- it required immense personal courage and strength of character.

As a presidential candidate in 2002, Alvaro Uribe pledged to his people greater security, a healthier democracy, and a better chance for prosperous lives. He was elected on a theme that expressed perfectly what the Colombian people desired in a president: "Strong hand, and big heart."

President Uribe's leadership has been resolute and uncompromising. Today in Colombia, homicides are down 40 percent, kidnappings are down more than 80 percent, terror attacks are down by more than 75 percent. The forces of violence are on the defensive, and the people are reclaiming their country.

President Uribe's fellow citizens know him as someone who speaks forthrightly and follows through on his commitments. With his lifelong interest in public policy, he has a phenomenal grasp of the details of governing. At the same time, he has formed a powerful bond with his people. They met their President in town halls across the country. They've seen him deliver results. They like him and they trust him -- and they have made him the first Colombian leader in the modern era to win reelection.

Lately I've been asked to reflect on the most memorable events of my presidency. Among those is a phone call I received several months ago from President Uribe. He called to say that a group of hostages -- including three Americans that had been held in captivity for five years -- had been rescued, and were alive and safe and sound. It was a joyful moment, Mr. President. And it was a credit to your leadership.

For President Uribe, the great demands of office continue. Today the United States honors all Colombians by honoring the man they have chosen to lead them. By refusing to allow the land he loves to be destroyed by an enemy within, by proving that terror can be opposed and defeated, President Uribe has reawakened the hopes of his countrymen and shown a model of leadership to a watching world. Colombia remains a nation with challenges. But the future will always be bright in a country that produces such men as President Alvaro Uribe.

Congratulations, mi amigo. (Applause.)

Each of these gentlemen we honor today has his own style and personality, and each has amassed distinctions and achievements that belong to him alone. Yet all of them have shown a firm adherence to the principles of freedom and democratic values, and a willingness to face problems squarely instead of passing them on to others. They're the sort of guys who look you in the eye and tell you the truth and keep their word. In lengthy service they proved to be leaders of character and fortitude. They are warm friends of the United States of America. The opportunity to know them and work with them has been among the great satisfactions of my time as President. I respect them and I admire them.

And now I ask the military aide to read the citations, and it will be my honor to present the Presidential Medal of Freedom to Tony Blair, John Howard, Alvaro Uribe.

MILITARY AIDE: Tony Blair. Tony Blair has been a powerful force of freedom and for building understanding among nations. As Prime Minister of the United Kingdom, he was instrumental in helping millions of people secure their freedom in Afghanistan, Iraq, Kosovo, and Sierra Leone; forging a new era of peace in Northern Ireland, providing humanitarian assistance around the globe, especially in Africa, and strengthening the relationship between our two nations. Throughout his career, and in his role as Quartet Representative to the Middle East, he has worked to provide people with opportunities to better their lives.

The United States honors Tony Blair for his lifelong dedication to building a more just and peaceful world. (Applause.)

(The medal is presented.) (Applause.)

MILITARY AIDE: John Winston Howard. During a career of public service spanning four decades, John Howard has been an unwavering champion of democracy and freedom. As Prime Minister of Australia, he helped deliver unparalleled prosperity to his country's people through staunch adherence to free market principles.

Relations between the two countries were never closer than under his stewardship and after the attacks of September 11, 2001. He worked steadfastly to combat the scourge of terrorism, bring freedom to millions of people, promote democracy, human rights and the rule of law.

The United States honors John Winston Howard for his lifelong efforts to spread hope and freedom throughout the world. (Applause.)

(The medal is presented.) (Applause.)

MILITARY AIDE: Alvaro Uribe Velez. As President of Colombia, Alvaro Uribe has championed the rule of law in a country that endured decades of violence at the hands of illegal armed groups. He has demonstrated a deep commitment to the prosperity of Colombia's people, and his bold policies have spread democratic values and established the foundation for lasting peace throughout Colombia.

He has been a courageous partner of the United States. And under his leadership, Colombia has become a model for countries seeking reconciliation and the establishment of a society based on respect for human dignity.

The United States honors Alvaro Uribe Velez for his commitment to freedom, democracy, and the rule of law. (Applause.)

(The medal is presented.) (Applause.)

THE PRESIDENT: In honor of these distinguished gentlemen, Laura and I invite you to stay for a reception in the State Dining Room. Please enjoy yourselves, and thank you for joining us here at the White House. (Applause.)

END 1:26 P.M. EST



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Recipients of Medal of Freedom

Recipients of Medal of Freedom

Tony Blair

Tony Blair has been a powerful force for freedom and for building understanding among nations. As Prime Minister of the United Kingdom, he was instrumental in helping millions of people secure their freedom in Afghanistan, Iraq, Kosovo, and Sierra Leone; forging a new era of peace in Northern Ireland; providing humanitarian assistance around the globe, especially in Africa; and strengthening the special relationship between our two nations. Throughout his career, and in his role as Quartet Representative to the Middle East, he has worked to provide people with opportunities to better their lives. The United States honors Tony Blair for his lifelong dedication to building a more just and peaceful world.

John Winston Howard

During a career of public service spanning four decades, John Howard has been an unwavering champion of democracy and freedom. As Prime Minister of Australia, he helped deliver unparalleled prosperity to his country's people through staunch adherence to free market principles. Relations between our two countries were never closer than under his stewardship, and after the attacks of September 11, 2001, he worked steadfastly to combat the scourge of terrorism, bring freedom to millions of people, and promote democracy, human rights, and the rule of law. The United States honors John Winston Howard for his lifelong efforts to spread hope and freedom throughout the world.

Álvaro Uribe Vélez

As President of Colombia, Álvaro Uribe has championed the rule of law in a country that endured decades of violence at the hands of illegal armed groups. He has demonstrated a deep commitment to the prosperity of Colombia's people, and his bold policies have spread democratic values and established the foundation for a lasting peace throughout Colombia. He has been a courageous partner of the United States, and under his leadership, Colombia has become a model for countries seeking reconciliation and the establishment of a society based on respect for human dignity. The United States honors Álvaro Uribe Vélez for his commitment to freedom, democracy, and the rule of law.



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Palabras del Presidente Bush, al condecorar al Presidente Uribe con la Medalla de la Libertad

“Los líderes nacionales van sin saber de todas las pruebas que los esperan. Pero cuando Álvaro Uribe Vélez fue Presidente de Colombia, los retos estaban ahí. Él sabía exactamente lo que se le avecinaba.

Por más de una generación la gente decente había vivido a la merced de los carteles de la droga brutales y de grupos armados, que siguen matando y poniendo las libertades de la gente en peligro.

La República de Colombia podía haber sido hace 10 años un Estado fallido o incluso un narco-estado. Fue necesario ambición y firmeza, y valentía y valor, y fuerza de carácter.

El candidato del 2002, Álvaro Uribe, dijo que iba a traer a su pueblo más seguridad, más democracia y una mejor posibilidad de una vida prospera. Fue elegido sobre un tema, lo que demostró el pueblo que quería: una mano fuerte y un corazón grande.

El Presidente Uribe ha sido absolutamente decidido en su liderazgo. Hoy hay menos homicidios, han bajado los secuestros en un 80 por ciento, el terrorismo ha bajado también 70 por ciento.

Las fuerzas están ahí. Y el Presidente Uribe quiere recuperar su pueblo y su país.

El señor Uribe ha hablado claro y se ha comprometido con su política. Es un hombre fenomenal para el Gobierno.

Al mismo tiempo, ha conseguido unirse fuertemente con su pueblo. Él tiene encuentros con alcaldes en todo el país; es una persona que gusta, y confían en él; y es el primer líder colombiano en la era moderna, en ganarse la reelección.

Las llamadas que he recibido en mi presidencia, una de ellas fue la del Presidente Álvaro Uribe, para decirme que un grupo de secuestrados que había estado en cautiverio por cinco años, habían sido rescatados y estaban vivos y salvos.

Fue un momento de gran felicidad, señor Presidente, y fue también una cosa positiva de ese liderazgo.

Para el Presidente Uribe las cosas siguen adelante.

Estados Unidos honra a todos los colombianos honrando al hombre que ellos eligieron para liderarlos.

Con determinación, y negándose a que su país fuera destrozado y derrotado, el Presidente Uribe ha reavivado las esperanzas de su país, ha mostrado qué es el liderazgo moderno para un hombre que sabe que el mundo mira su país.

Sigue habiendo retos en Colombia, pero el futuro siempre será brillante en un país, si sigue habiendo hombres tan brillantes como Álvaro Uribe. Felicidades”.


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Uribe recibió 'Medalla a la Libertad', máxima distinción que otorga Estados Unidos a un civil

El presidente George W. Bush le otórgó la Medalla Presidencial de la Libertad, la mayor distinción civil que concede la Casa Blanca al mandatario colombiano Álvaro Uribe Vélez, al ex primer ministro británico Tony Blair y al ex premier australiano John Howard.

Medalla Presidencial de la Libertad

La Medalla Presidencial de la Libertad (inglés:Medal of Freedom) es una condecoración otorgada por el Presidente de los Estados Unidos, equivalente a la Medalla de Oro otorgada por el Congreso, es la concesión civil más alta en los Estados Unidos. Está diseñado para reconocer las personas que han hecho "una contribución especialmente meritoria a la seguridad o los intereses nacionales de los Estados Unidos, la paz mundial, cultural o en otras importantes iniciativas públicas o privadas." Aunque un civil premio creado por orden ejecutiva (y no por una decisión de la Junta de Jefes de Estado Mayor), la Medalla también pueden ser concedidas a militares y llevan en el uniforme.

Fue establecido por el Presidente Harry Truman en 1945 para honrar el servicio durante la Segunda Guerra Mundial. Mediante decreto Ejecutivo 9590, firmado el 21 de julio de 1945; Registro Federal 10 FR 9203, 25 de julio de 1945[1] El Presidente John F. Kennedy modificó la entrega de la medalla en 1963 mediante un decreto ejecutico 11085, expandiendo el propósito de la entrega de la medalla.[2]

La medalla se concede anualmente, en vísperas de la celebración del cuatro de Julio, y otras veces elegido por el Presidente. Los beneficiarios son seleccionados por el Presidente, bien a iniciativa de éste o sobre la base de recomendaciones. El fin de la reactivación de la medalla también amplió el tamaño y las responsabilidades de la Junta del Servicio Civil para distinguir el premio, por lo que podría servir como una fuente importante de recomendaciones.

La medalla puede concederse a una persona más de una vez (por ejemplo, John Kenneth Galbraith y Colin Powell), y también podrá concederse póstumo (por ejemplo, Paul Bryant , John F. Kennedy y Roberto Clemente).

La insignia de la Medalla Presidencial de la Libertad tiene forma de una estrella, esmaltada en oro blanco, con un pentágono de esmalte de color rojo detrás de ella; el disco tiene trece estrellas doradas sobre fondo azul esmalte (tomado de el Gran Sello de los Estados Unidos) en su interior un anillo de oro. Águilas de Oro de América con alas de pie entre los puntos de la estrella. Se lleva alrededor del cuello en un listón azul con franjas blancas borde.

Existe una serie especial de la medalla, conocida como la Medalla Presidencial de la Libertad con distinción, la medalla cuenta la estrella, y la cinta se usa como una banda en el hombro derecho, con su roseta (azul con borde blanco, que lleva el disco de la medalla en su centro). La medalla también pueden ser usada en la parte izquierda del pecho, con un águila de plata de América, con la cinta las alas de aguila real, en caso de una medalla con distición.

78 galardonados por George W Bush

La vocera presidencial, Dana Perino, destacó que los tres líderes han sido "firmes aliados de EE.UU. en la lucha contra el terrorismo".

"Sus esfuerzos para traer esperanza y libertad a la gente alrededor del mundo han hecho a sus naciones, a nuestro país y la comunidad mundial un lugar más seguro", enfatizó.

Durante los 8 años de su mandato, Bush otorgó la medalla a 78 individuos.

La Medalla de la Libertad, una estrella de cinco puntas, fue establecida en 1945 por el presidente Harry Truman, tras la Segunda Guerra Mundial.

Figuras como Martín Luther King, la Madre Teresa de Calcuta, el líder chicano César Chávez, están dentro de la lista de galardonados.

También han recibido esta medalla, el ex jefe del Pentágono Donald Rumsfeld, el vicepresidente Dick Cheney y el ex director de la CIA George Tenet.


Pesonalidades condecoradas

1946: John Kenneth Galbraith
1947: Marlene Dietrich
1954: John Steinbeck
1956: John von Neumann
1959: John Foster Dulles
1963: Juan XXIII (póstumo) – John F. Kennedy (póstumo) – Andrew Johnson – Edwin Herbert Land (Gründer der Firma Polaroid) – Ludwig Mies van der Rohe – Jean Monnet – Thornton Wilder
1964: Aaron Copland – Walt Disney – Willem de Kooning – T. S. Eliot - Lewis Mumford
1967: Ellsworth Bunker
1969: Neil Armstrong – Michael Collins – Duke Ellington - Gregory Peck
1970: Earl Behrens – Edward T. Folliard – William M. Henry – Arthur Krock – David Lawrence – George Gould Lincoln – Raymond Moley – Adela Rogers St. Johns
1976: Arthur Rubinstein
1977: Donald Rumsfeld – Henry Kissinger – Martin Luther King (póstumo) – James Watson – Lady Bird Johnson – Arthur Fiedler - Irving Berlin
1980: Ansel Adams – John Wayne (póstumo) – Lyndon B. Johnson (póstumo) – Rachel Carson (póstumo) - Tennessee Williams
1981: Charles B. (Tex) Thornton – Morris I. Leibman – Walter H. Judd – Bryce N. Harlow – Ella T. Grasso – Eubie Blake – Warren Christopher – Kirk Douglas
1983: George Balanchine - Billy Graham
1984: Ralph Bunche (póstumo) – Anwar as-Sadat (póstumo) – Eunice Shriver – Henry M. Jackson (póstumo) – Norman Vincent Peale
1985: Count Basie (póstumo) – Jacques-Yves Cousteau – Jerome Holland (póstumo) – Sidney Hook – Jeane Kirkpatrick – George M. Low – Paul Nitze – Frank Reynolds (póstumo) – Dillon Ripley – Mutter Teresa – Frank Sinatra – James Stewart – Albert Wedemeyer – Chuck Yeager – Juan Trippe (póstumo)
1986: Walter Annenberg – Earl H. (Red) Blaik – Barry Goldwater – Helen Hayes – Matthew B. Ridgway – Vermont C. Royster – Albert Sabin – Vladimir Horowitz
1988: Milton Friedman
1989: Lech Wałęsa
1991: Dick Cheney – Friedrich August von Hayek – H. Norman Schwarzkopf junior – Javier Pérez de Cuéllar – Luis A. Ferré – Margaret Thatcher – Vernon A. Walters
1992: Isaac Stern – Audrey Hepburn – Elie Wiesel – David Brinkley – Richard Petty – Sam Walton – Ella Fitzgerald
1993: Arthur Ashe (póstumo) – William Joseph Brennan – Marjory Stoneman Douglas – James William Fulbright – Thurgood Marshall (póstumo) – Colin Powell – Joseph L. Raugh (póstumo) – Martha Raye – John Minor Wisdom – Ieoh Ming Pei
1994: Herbert Lawrence Block – César Chávez (póstumo) – Arthur Flemming – James Grant – Dorothy Irene Height – Barbara Jordan – Joseph Lane Kirkland – Robert H. Michel – Robert Sargent Shriver
1995: Peggy Charren – William Thaddeus Coleman – Joan Ganz Cooney – John Hope Franklin – A. Leon Higginbotham – Frank M. Johnson – C. Everett Koop – Gaylord Nelson – Walter P. Reuther – James W. Rouse – William C. Velasquez – Lew Wasserman
1996: Joseph Bernardin – James Brady – Millard Fuller – David Hamburg – John M. Johnson – Eugene Lang – Jan Nowak-Jeziorański – Antonia Pantoja – Rosa Parks – Ginetta Sagan – Morris Udall
1997: Bob Dole – William Perry
1998: Arnold Aronson – Brooke Astor – Robert Coles – Justin Dart, Jr. – James Farmer – Frances Hesselbein – Fred Korematsu – Sol Linowitz – Wilma Mankiller – Margaret Murie – Mario G. Obledo – Elliot L. Richardson – David Rockefeller – Albert Shanker (posthum) – Elmo R. Zumwalt
1999: Lloyd Bentsen – Edgar Miles Bronfman senior – Jimmy und Rosalynn Carter – Evy Dubrow – Sr. M. Isolina Ferre – Gerald Ford – Oliver Hill – Max Kampelman – Edgar Wayburn – Helmut Kohl
2000: Aung San Suu Kyi – James Edward Burke – John Chafee (posthum) – Wesley Clark – William Crowe – Marian Wright Edelman – John Kenneth Galbraith – George Higgins – Jesse Jackson – Mildred Jeffrey – Mathilde Krim – George McGovern – Daniel Patrick Moynihan – Cruz Reynoso – Gardner Taylor – Simon Wiesenthal
2001: keine Verleihung
2002: Hank Aaron – Bill Cosby – Plácido Domingo – Peter Drucker – Katharine Graham (póstumo) – D.A. Henderson – Irving Kristol – Nelson Mandela – Gordon Moore – Nancy Reagan – Fred Rogers – Abraham Michael Rosenthal
2003: Robert L. Bartley – Jacques Barzun – Julia Child – Roberto Walker Clemente – Van Cliburn – Václav Havel – Charlton Heston – Edward Teller – R. David Thomas – Byron Raymond White – James Q. Wilson – John Wooden
2004: Paul Bremer – Tommy R. Franks – George Tenet – Edward W. Brooke – Doris Day – Vartan Gregorian – Gilbert M. Grosvenor – Gordon B. Hinckley – Johannes Paul II. – Estée Lauder – Rita Moreno – Arnold Palmer – Arnall Patz – Norman Podhoretz – Walter B. Wriston
2005: Muhammad Ali – Carol Burnett – Vinton G. Cerf – Robert Conquest – Aretha Franklin – Alan Greenspan – Andy Griffith – Paul Harvey – Robert E. Kahn – Sonny Montgomery – Richard B. Myers – Jack Nicklaus – Frank Robinson – Paul Rusesabagina – Anna Walentynowicz
2006: Ruth Johnson Colvin – Norman Francis – Paul Johnson – B. B. King – Joshua Lederberg – David McCullough – Norman Mineta – John O'Neil – William Safire – Natan Scharanski
2007: Gary Becker – Oscar Elias Biscet – Francis Collins – Benjamin L. Hooks – Brian P. Lamb – Harper Lee – Ellen Johnson-Sirleaf
2008: Ben Carson, Anthony Fauci, Tom Lantos, Peter Pace, Donna Shalala, Laurence Silberman
2009: Tony Blair, - Álvaro Uribe Vélez, - John Howard


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viernes, 9 de enero de 2009

Otorgan Premio Cortes de Cádiz al Presidente Uribe, por su lucha contra el terrorismo


El jurado del Premio resaltó que el Mandatario, al frente de las Fuerzas Armadas y de seguridad colombianas, está contribuyendo a la erradicación del terrorismo con constancia y corazón grande, en búsqueda de la paz para todos los colombianos.

Bogotá, 9 ene (SP). El ayuntamiento de la ciudad de Cadiz otorgó este viernes el primer Premio a la Libertad Cortes de Cádiz, al Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, como reconocimiento a su trabajo por la libertad y contra el terrorismo.

Según el Acta del jurado encargado de conceder el Premio, la distinción le fue otorgada por unanimidad al Jefe de Estado colombiano.

“Tras una deliberación inicial, el Jurado acordó por unanimidad ofrecer dicho Premio en 2009 a Álvaro Uribe Vélez, Presidente de la República de Colombia, por sus esfuerzos en pro de la libertad y su abierta oposición a situaciones terroristas que la menosprecian, privando de su legítimo derecho a la misma a todas aquellas personas secuestradas por grupos, denominados terroristas, a las que han estado manteniendo prisioneras durante años privándolas de su libertad y de vivir con sus seres queridos”, señala el Acta.

Agrega que con esta decisión se valora la acción de liberación que está suponiendo la labor del Presidente Uribe, “quien al frente de su gobierno y de las Fuerzas Armadas y de seguridad colombianas, está contribuyendo a la erradicación de esta lacra del terrorismo con constancia y corazón grande, sin cesión a presiones, buscando conseguir la paz para sus conciudadanos”.

El Premio a la Libertad busca rendir homenaje a las personas o instituciones públicas o privadas que se han caracterizado por la profundización, difusión y extensión de la libertad en el ámbito iberoamericano.



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jueves, 1 de enero de 2009

Himno Nacional de la República de Colombia


Letra: Rafael Núñez
Música: Oreste Sindici

CORO

¡Oh gloria inmarcesible!
¡Oh júbilo inmortal!
¡En surcos de dolores
El bien germina ya.

Primera estrofa

Cesó la horrible noche
La libertad sublime
Derrama las auroras
De su invencible luz.
La humanidad entera,
Que entre cadenas gime,
Comprende las palabras
Del que murió en la cruz

Segunda estrofa

"Independencia" grita
El mundo americano:
Se baña en sangre de héroes
La tierra de Colón.
Pero este gran principio: "el rey no es soberano"
Resuena, Y los que sufren
Bendicen su pasión.

Tercera estrofa

Del Orinoco el cauce
Se colma de despojos,
De sangre y llanto un río Se mira allí correr.
En Bárbula no saben
Las almas ni los ojos
Si admiración o espanto
Sentir o padecer.

Cuarta estrofa

A orillas del Caribe
Hambriento un pueblo lucha Horrores prefiriendo
A pérfida salud.
!Oh, sí¡ de Cartagena
La abnegación es mucha,
Y escombros de la muerte
desprecian su virtud.

Quinta estrofa

De Boyacá en los campos
El genio de la gloria
Con cada espiga un héroe
invicto coronó.
Soldados sin coraza
Ganaron la victoria;
Su varonil aliento
De escudo les sirvió.

Sexta estrofa

Bolívar cruza el Ande
Que riega dos océanos
Espadas cual centellas
Fulguran en Junín.
Centauros indomables
Descienden a los llanos
Y empieza a presentirse
De la epopeya el fin.

Séptima estrofa

La trompa victoriosa
Que en Ayacucho truena
En cada triunfo crece
Su formidable son.
En su expansivo empuje
La libertad se estrena,
Del cielo Americano
Formando un pabellón.

Octava estrofa

La Virgen sus cabellos
Arranca en agonía
Y de su amor viuda
Los cuelga del ciprés.
Lamenta su esperanza
Que cubre losa fría;
Pero glorioso orgullo
circunda su alba tez.

Novena estrofa

La Patria así se forma
Termópilas brotando;
Constelación de cíclopes Su noche iluminó;
La flor estremecida
Mortal el viento hallando
Debajo los laureles
Seguridad buscó

Décima estrofa

Mas no es completa gloria Vencer en la batalla,
Que al brazo que combate Lo anima la verdad.
La independencia sola
El gran clamor no acalla:
Si el sol alumbra a todos
Justicia es libertad.

Undécima estrofa

Del hombre los derechos
Nariño predicando,
El alma de la lucha
Profético enseñó.
Ricaurte en San Mateo
En átomos volando
" Deber antes que vida",
Con llamas escribió.

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